Una persona que no esté familiarizada con esto, se preguntará inmediatamente, ¿cómo puede la psicoterapia producir salud física? Expliquemos esto en términos comunes. Aquellos psicólogos profesionales deberían ya conocer los términos adecuados. Para empezar, muchos ya habrán oído la frase “mente sana en cuerpo sano” o “mente sobre cuerpo”. Resulta interesante como psicólogo observar como en una gran mayoría de las ocasiones, algún “malestar” mental se transforma en algo físico. Tomemos como ejemplo el estrés, el cual es un estado de tensión mental y/o físico. Cuando una persona tiene muchas preocupaciones, ya sea por el trabajo, la familia, la pareja o alguna otra situación; el exceso de preocupación produce desde un simple dolor de cabeza, algún dolor muscular en una parte determinada del cuerpo, incluso enfermedades graves como el cáncer. Claro, en ningún momento pretendo o pretenderé decir que todas las enfermedades son producidas por estados mentales. De hecho, en varias ocasiones algún problema físico, produce alteraciones en la mente y la personalidad. Pero vayamos paso a paso. ¿Aluna vez has tratado de zafarte de algún compromiso utilizando alguna enfermedad (que no tienes) como excusa y al final resultó que si te enfermaste o te sentiste mal físicamente? o ¿comiste algo que no te supo bien y después dices: “seguro me enfermaré” y resulta que si te enfermaste? o ¿sólo por un estornudo dices: “creo que me dará gripa” y después te enfermas realmente? Ya entendiste, ¿cierto? Pues bien, la mente es tan poderosa que, cuando uno cree con suficiente fuerza en algo, esto se vuelve realidad. Cuando uno dice: “me voy a enfermar”, está dando por hecho que así será y la mente se encarga de hacer el resto. Cuando uno utiliza una enfermedad que no tiene para excusarse de algún compromiso, uno termina creyéndose su propia mentira, de manera que termina enfermándose realmente. Es como dicen, “si quieres que otros crean en tus mentiras, tienes que creerlas tú también”. Algunas enfermedades que se han puesto “de moda” últimamente como la migraña, colitis y gastritis. Son en su mayoría producidas por un estrés emocional, un exceso de preocupaciones. Todas estas preocupaciones y prisas en las que la gente vive dentro de las metrópolis generan un nivel de estrés constante y de niveles muy altos. Si hablamos médicamente, los estados de estrés producen un exceso de secreción de la glándula biliar, o como se conoce comúnmente “hacer bilis”. Esta secreción genera un exceso de trabajo digestivo, lo que produce un desgaste de la flora intestinal y si a esto le agregamos la típica comida picante de nuestro país, tenemos como resultado problemas digestivos. Además, si tomamos en cuenta también, los hábitos alimenticios (comer a destiempo, evitar algunas comidas o sustituirlas con comida chatarra), entonces el índice o probabilidad de enfermar es mucho mayor. Pero dejemos de hablar como un médico o nutriólogo y hablemos de la psicología, la mente.
Una persona que no tiene un “adecuado” control sobre sus emociones, manejo de frustraciones, si tiene una “inadecuada” percepción de las cosas o una baja autoestima, se vuelve muy propensa a contraer enfermedades. Los enojos, corajes o molestias producen un estrés e irritabilidad mental, la cual, si no es manejada adecuadamente, se incrementa con el tiempo. La mente tiene un límite en cuanto a la cantidad de estrés que puede tolerar, y cuando este límite se rompe, la mente necesita “descargarse”, y lo hace enviando parte de esa tensión al cuerpo. Lo que intento decir es que, tomamos muchos medicamentos cuando estamos enfermos y estos nos ayudan temporalmente, pero si no cambiamos nuestra mentalidad, la enfermedad seguirá apareciendo. Incluso los médicos y nutriólogos le recomiendan a uno, que tome vacaciones o busque maneras de relajarse. Esto es porque incluso ellos saben que esas enfermedades son producidas por el estrés en el que vive la persona. Es aquí donde entra la psicología. En lugar de seguir estresados o seguir enfermándose, uno puede aprender a vivir más tranquilamente, no sin problemas, pero si manejándolos de una manera muy diferente. La terapia no solo te ayudaría en este sentido, sino que también tus hábitos alimenticios cambiaran como consecuencia de los cambios en tu mentalidad, ni siquiera tienes que intentar hacer dieta (por ejemplo), ésta saldrá naturalmente. Dejarías de tener excesos en tu vida, como el alcohol, drogas, dietas, etcétera. No hablo de eliminar estas cosas, sino de controlarlas y vivirlas de una manera saludable y si la persona quiere eliminar estas cosas, podrá hacerlo.
Otro ejemplo que podríamos plantear, viene de la frase “si te sientes bien, te ves bien”. ¿Has visto en algún momento una persona que es muy atractiva físicamente, pero tiene algo que le quita belleza? o ¿has visto personas que no son muy atractivas físicamente, pero tienen algo que llama mucho la atención? Aquí hablamos de la autoestima. Una traducción más adecuada de dicha frase sería “como te sientes por dentro, te ves por fuera”. Algo como la baja autoestima, puede llevar a la tristeza o incluso, a la depresión. Estos estados de ánimo producen en el cuerpo una baja en el sistema inmunológico del cuerpo y, por ende, será más fácil que enfermes. La cuestión con la depresión, es que esta es la razón de enfermedades mayores, como el cáncer. Si el sistema inmunológico se reduce, el cuerpo se debilitará en sus defensas y cada vez las enfermedades serán mayores y cuando una de estas llega, la persona puede incluso “dejarse morir”. En mi ejercicio profesional, la cuestión de la autoestima toma mucha importancia debido a que en muchas ocasiones, la persona puede tener una “buena” autoestima y cuando tiene una enfermedad grave (adquirida, no por razones mentales) o cuando sufre la pérdida de algún ser querido, entra en un estado de depresión, en el caso de la enfermedad, esta adquiere más fuerza, o en el segundo caso (de pérdida), adquiere enfermedades graves. La mente puede ser tan poderosa que incluso existe una condición llamada “embarazo psicológico”. Una mujer que tiene muchos deseos de embarazarse, puede llegar a tener este embarazo “falso”. Tiene los síntomas típicos del embarazo, las pruebas salen positivas, incluso se genera la placenta, el líquido amniótico, el parto (si no se realiza ningún eco o ultrasonido), etcétera. Existe, todo lo que un embarazo normal tiene, con excepción del producto, el bebé.
Es necesario darse cuenta de la enorme importancia que tiene nuestra mente no sólo en nuestra forma de relacionarnos y vivir, sino también en cuanto a nuestra salud física. Aquí solo redacto algunas cosas y falta describir muchas situaciones o casos, pero esto es sólo con el fin de ayudar a hacer consciencia. La psicoterapia nos puede ayudar, no solo a solucionar nuestros problemas situacionales o traernos una tranquilidad mental, sino también a tener una mejor salud física. Un psicólogo ayuda en muchos más aspectos que solo el hecho de ayudar a solucionar problemas. La terapia genera un cambio total en nuestra vida, no solo mentalmente, también físicamente, es un paquete completo. Y si parece que repito mucho esto, es solo con el fin de darle más importancia, la que se merece nuestra propia salud.
De esta manera me despido por el momento, mi estimado lector y como de costumbre te animo a que si lo deseas, solicites psicoterapia. Gracias por este tiempo que has dedicado a leer este humilde post y espero que te haya sido de utilidad y regreses nuevamente a leer los nuevos artículos.
Como se habrán dado cuenta, no tiendo a poner bibliografías, obviamente no es con la intención de plagiar información sino de exponer alguna reflexión personal. Y como lector eres bienvenido a preguntar por páginas o libros donde puedas confirmar la información que aquí se plantea.
Mtro. César Guerrero. Psicoterapeuta.